Adiós, control. Has salvado mi fitito en mil ocasionesy es momento de dejarte ir.

Y cuando entiendo otra vez que mi luz ilumina algunos días... ahí todo me cierra.

Perder mi fe en las personas, en su palabra y en sus sentimientos empobrece la calidad de mi vida. Nada tiene un sentido que me movilice. La gente en general se torna aburrida, cliche, predecible y trivial. A este paso, todos se hacen descartables.


Ponele que extraño tremendamente besar a alguien con esa mezcla de pasión y amor que me conmueve la estructura.

A ver si vamos largando el egocentrismo distónico que nos estamos perdiendo de todo... DE-TO-DO!!

Y con esta vuelta de los últimos fríos...

¡Cómo me gustaría ser metal para que con tu calor me hagas cucharita...!

Le estaba errando buscando significados donde no los hay. Si éstas son las reglas del juego, no sweat. Ya sé cómo jugar. Mi turno...!

Preguntame lo que quieras saber y no esperes que abra la boca para decir algo... mirame a los ojos. Las palabras ahí... huelgan.

Hablame sin palabras

Qué placer me da saber que todavía hay humanidad que me genera tibieza en el pecho y una sensación de bufanda en el cuello y la nariz que derrite un poco del glaciar que genera el resto.

Qué bien saber que existís.