lunes, 2 de junio de 2014

Releerme y encontrar que era una masa pulsante de energía que despedía luz y generaba lo impensable de personas cercanas de las que nada se esperaba en líneas generales. Eso decían los que miraban de afuera.

No reconocerte en eso que escribías con la que ahora escribe, cuando algún destello de originalidad se asoma, algunas líneas divertidas para robar sonrisas.

No saber si eso es evolucionar como persona o cansarte de iluminar porque tu fuente se acabó. O de repente te volviste más egoísta con los años y no hay tanto para los otros y más para vos.

Siete años o menos no son nada. Esa que escribe es otra. O yo. Quizás en alguna vuelta de espiral nos reencontremos, no?