martes, 25 de noviembre de 2014

Acerca de la burocracia y otras yerbas

Uno pasa horas revisando foros y sitios gubernamentales para intentar ejercer de lo suyo para darse cuenta que sin experiencia, no se puede ser prestador de una obra social y sin experiencia, tampoco te contratan para ejercer de lo tuyo. Si querés ser residente, primero capacitate de manera paga en la UBA para que después te paguen dos mangos mientras te rompés el orto laburando. Y si de casualidad, como yo, elegiste conservar tu salud mental tomando decisiones que te llevaron a relegar el estudio en pos de crecer en otros ámbitos, te encontrás a los 30 totalmente impotente ante un sistema de salud de mierda para el que estás subcalificado, ante ofertas laborales para las que te faltan horas de práctica y experiencia pero sabés, como yo, más de comercio exterior que un licenciado.

Esos días en los que mirás un poco para atrás y pensás que todas las decisiones que tomaste hasta hoy son tan erradas que no sabés si llorar de impotencia, tirar la toalla, seguir siendo una eterna estudiante o simplemente abandonar el sueño adolescente de estar al servicio de los demás a través de la psicología.

Mis viejos tenían razón: debería haberme dedicado a sistemas.

Qué mierda.