viernes, 26 de agosto de 2011

Contame: ¿cuántas veces rebotaste? ¿Cuántas veces fuiste la chica a la que no eligieron o peor, a la que dejaron para lo último? ¿Cuántas veces te dijeron que sos la mina más copada, ergo la mejor amiga que se puede tener? ¿Cuántas veces te dijeron que sos (en teoría) la mujer ideal pero que hay algo sin identificar que hace que no te elijan? ¿Cuántos años sostuviste una vela y te quemaste con cera la mano...? ¿Cuántas veces fuiste al cine, te sentaste a leer en una plaza con mate, saliste de compras, fuiste al hospital con tu sombra o hiciste tu propia sopa cuando estabas volando de fiebre? ¿Cuántas veces te autoacompañaste a la parada del colectivo de noche?

Viviste toda tu entrada a la adultez en pareja... ¿qué entendés de la soledad? ¿Me vas a venir a explicar a mí lo que es ser la única soltera de la familia y de tu grupo de amigos siempre, la que sólo temporalmente sale del rol? ¿Quién te llamó autoridad para darme consejos sobre actitud? Yo no lo puedo creer...!

Multiplicá eso por 15 años y contame cuánta frustración tenés. Sólo entonces vas a empezar a comprender de qué te estoy hablando.

Haceme un favor: primero sabé quién sos y parate sobre tus pies en vez de definirte por el reflejo de lo que creés. Y no me hinchés las pelotas, ¿dale?

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