viernes, 30 de marzo de 2012

Y siguiendo en la misma línea...

¿Sabés qué? Es fácil hablar sobre cómo debería ser cuando ya estás del otro lado, cuando sos parte de mi mundo. Claro que ahora yo debería ser menos tolerante, pero que haya sido abierta y comprensiva le vino bien a todos los que siguen siendo parte de mi vida en su momento. Qué onda, ¿apliquémoslo con los nuevos? Es hipócrita. Y no soy yo, no es lo que yo elijo para mí. ¿En qué mundo vivimos que ser demasiado buena onda se convirtió en un “defecto”? ¿Cómo no querés que me afecte si es una elección de vida? Es como que le pidas al gay que sea menos gay porque lo van a discriminar. Le chupa un huevo, es lo que elige porque es lo que es. Puede dejar pasar algunas cosas, pero no es de piedra, no soy de piedra y eventualmente te llega, aún cuando quieras que no. A mí me gusta ser como soy.

Y siguiendo entonces el razonamiento de ustedes: ¿por qué les dejo pasar a mis amigos en general que me dejen plantada sin avisar, me cuelguen porque están tapados de trabajo/ocupados, pasemos meses sin hablarnos, me llamen sólo cuando necesitan algo, no lean lo que escribí ni escribo (antes enviaba mails cada vez que terminaba un escrito y nunca recibía un feedback; eventualmente no envié más mails)? ¿Por qué los comprendo, los justifico? Porque esa es MI idea del amor, no la de ustedes. Es mi mambo: si yo te banco porque te elijo, entonces te elijo por completo y te dejo ser y te potencio en todo lo que veo que te hace feliz. Porque es el único amor que para mí tiene sentido, que realmente vale la pena. Porque si te querés hacer mierda contra algo y yo sé que va a ser así, te lo voy a decir porque te quiero pero voy a dejar que igual lo hagas y te voy a poner la curita y el hielo en el chichón cuando vuelvas. Y te voy a asegurar que la próxima vez va a salir mejor. Porque yo no mido lo que para los demás es importante con mi vara, porque los demás no son yo y porque yo si hay algo que no elijo para mí es ser igual a los otros. Porque para mí es de vital importancia sostener siempre lo que soy; es lo que le da sentido a mi vida. Cuando yo soy coherente entre lo que pienso, siento y creo que soy, y actúo en consecuencia, entonces es mi mejor forma de decirte que esto está bueno. ¿Cómo puedo yo decirte que es buenísimo, por ejemplo, ser comprensivo si yo no lo creo y no lo soy? ¿Cómo puedo esperar que los otros sean compasivos, tolerantes y cariñosos conmigo si no empiezo yo por ser así con ellos? Y ser lo que soy es la persona que conocen, es lo único que creo y siento que vale la pena que yo sea: comprensiva, leal hasta las últimas consecuencias, demasiado buena onda, atenta a los otros, solidaria y sensible.

Y me duele la humanidad, ¿entendés? Me duele la falta de respeto, la crueldad, la violencia. ¿Cómo espero cambiar todo eso si me sumo a ser igual al resto? Alguien tiene que cortar con el espiral de mierda. Yo no me creo la Madre Teresa. Sólo pienso que es una buena forma de invertir mi vida luchar por algo que creo que vale la pena, que podemos ser mejores, más plenos y más felices. Y tengo derecho a enojarme de vez en cuando con la vida cuando pongo empeño para que algo salga y no sale. Y me merezco el espacio para deprimirme y victimizarme de vez en cuando, no puedo ser el peñón eterno. Todavía soy un ser humano aunque me crea y tenga ínfulas de hada.

Ponele.

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